Esta investigación se propone estudiar las recomendaciones literarias de la prensa cultural especializada, prescriptora de contenidos y responsable de marcar la agenda cultural. Se tomaron como objeto de estudio las listas de mejores libros que confeccionan a finales de cada año los principales suplementos culturales de los medios escritos españoles (ABC Cultural, de ABC; Babelia, de El País; El Cultural, de El Mundo, y Cultura|s, de La Vanguardia). El periodo de análisis se fijó entre los años 2010 y 2021 (n = 1.286). Los resultados reflejan una marcada preferencia de los suplementos por incluir autores de nacionalidad española o, cuando menos, por obras escritas en español, aunque la pujanza de los Estados Unidos y el inglés es cada vez mayor en la serie histórica. Se aprecia también un claro dominio de los grandes sellos y grupos editoriales sobre los independientes: en los últimos años, solo Planeta y Penguin Random House aportan casi la mitad de las obras seleccionadas. Además, son mayoría los autores de edad avanzada —se recomiendan, de hecho, más libros de fallecidos que de menores de 40 años—, con las limitaciones que ello implica a la proyección de la literatura escrita por jóvenes.
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Cómo citar
García-Cardona, J., & García-Borrego, M. (2023). La prensa como prescriptora de lecturas: Recomendaciones de los suplementos culturales españoles especializados en literatura. Ocnos, 22(2). https://doi.org/10.18239/ocnos_2023.22.2.354
García-Cardona and García-Borrego: La prensa como prescriptora de lecturas. Recomendaciones de los suplementos culturales
españoles especializados en literatura
Introducción
Los suplementos culturales de la prensa escrita, encargados de reseñar, categorizar
y jerarquizar las distintas obras artísticas publicadas en el ámbito nacional e internacional,
suelen correr mayoritariamente a cargo de los periodistas culturales, figuras que
tienden a identificarse con la del educador y que sirven como punto medio entre artista
y público general (; ). Este rol del periodista cultural se relaciona con la visión de autores como , que habla de “intermediarios”, o , quienes corresponden a este tipo de profesionales con una suerte de “mediadores
culturales”.
La función fundamental de los periodistas culturales reside en filtrar el inmenso
número de obras publicadas, además de proporcionar un análisis e interpretación que
permita profundizar a los lectores en los aspectos menos visibles de estas obras (; ; ; ). En definitiva, los periodistas culturales toman la forma de prescriptores de contenidos,
siendo esta una de las características principales que los diferencian del resto de
áreas de especialización periodísticas, pues seleccionan y amplifican, a través de
medios de comunicación generalmente masivos, el alcance de determinados productos
culturales.
La imagen del periodista cultural se ha visto desprestigiada históricamente por quedar
sus funciones recogidas dentro del paraguas de las soft news o noticias blandas, un escalón por debajo del considerado “periodismo real” que encarnan
las informaciones políticas o directamente relacionadas con el interés público, por
lo que la temática cultural ha quedado relegada a un plano secundario dentro de la
jerarquía periodística. Aunque, de acuerdo con , la tarea de los periodistas culturales implica un importante grado de compromiso
con que el público general mejore en su apreciación de las artes, en ocasiones se
ha relacionado esta atribución con la mercantilización e incluso la tabloidización
de la información, pues el rol de prescriptor puede afectar a los hábitos de los lectores
y determinar sus patrones de consumo, por lo que la labor profesional y los intereses
económicos de las industrias culturales quedan entreverados (Hanusch, , ; ; ; ).
No obstante, se considera que la cultural es una de las áreas de especialización que
menos presión reciben de parte de su compañía, e incluso donde sus profesionales cuentan
con más recursos materiales y temporales para llevar a cabo sus contribuciones. Ahora
bien, identifican, en la línea de las aportaciones de , que el círculo personal puede provocar cierta parcialidad a la hora de llevar a
cabo algunos análisis, lo que aleja la crítica —el género periodístico por excelencia
de la prensa cultural, único en esta área de especialización— de los criterios puramente
artísticos a los que debería someterse. Ello se relaciona con otro factor implícito
en la propia naturaleza del periodismo cultural que provoca recelos en el resto de
áreas: el subjetivismo en el que obligadamente se debe incurrir la hora de realizar
una crítica ().
Aunque habitualmente se considere a los periodistas culturales como un conjunto compacto
y uniforme, la trayectoria y situación profesional de quienes realizan estas tareas
críticas puede variar en gran medida. En el marco español, distinguen entre los insiders, periodistas formados en el ámbito de la comunicación y parte del equipo de redacción
tradicional, y los outsiders, provenientes del medio literario, polifacéticos y con educación vinculada a las humanidades.
Pese a que no faltan críticas, tanto en el entorno español como en el europeo —no
necesariamente fundadas, como muestra el trabajo de —, relativas a los conflictos de interés, la endogamia o las deformaciones de sus
labores profesionales (; ; ; ; Rivas-Troitiño, 2006; ; ), el desprecio histórico hacia el periodismo cultural ha ido virando recientemente
hacia una mayor consideración, como se observa en los trabajos procedentes de países
nórdicos, donde la percepción de educador goza de una gran reputación social (; ; ; ; ). En los últimos años se ha constatado un incremento en el atractivo académico del
periodismo cultural, pues sociológicamente puede servir como medio de estudio de las
transformaciones culturales que vive una comunidad (; ; ). Asimismo, los suplementos culturales de grandes periódicos, donde participan en
mayor medida estos periodistas, suponen herramientas de valorización cultural primordiales
en la legitimación de los grandes autores y sus producciones artísticas (; ; ; ).
Periodismo cultural y canon literario
En esta labor de jerarquización emprendida por los suplementos culturales, resulta
de interés desligar, como proponen , el “canon social” del “canon académico”. Mientras que el canon académico está legitimado
por instancias académicas, y sus componentes son considerados como alta literatura,
el canon social se compone por “la selección de lecturas que viene dictada directamente
por instancias sociales, ya sean las propias editoriales a través de sus variados
modos de promoción o los círculos de proximidad del lector (amigos, familia), siempre
un tanto al margen de las recomendaciones legitimadas desde el sistema educativo”
(p.29). Las recomendaciones de estas listas de mejores libros forman parte del canon
social, pues no están corroboradas por organismos académicos y se basan en la subjetividad
del jurado, con un destino final de divulgación a los lectores de prensa, como una
suerte de asistencia en el filtro de selección de lecturas. Tampoco debe confundirse
la noción de canon con la de clásicos, pues los clásicos suelen aparecer dentro del
canon, pero existen cánones que no se centran en los clásicos más influyentes en determinada
época y sociedad, aunque finalmente acaben ocupando la posición de autor u obra clásica
(; ).
La noción de canon se ha ido transformando a lo largo de la historia literaria, y
diversos autores han acertado a señalar en la actualidad algunas de las carencias
presentes en la construcción de estos cánones: por un lado, se ha luchado contra su
hermetismo, que sigue dando lugar a listas de integrantes eminentemente masculinas,
donde predomina el género novelístico (); por otro, no se han contemplado nuevas tecnologías en la emisión de críticas, y
en el modo de leer y de producir, que deberían tener una repercusión clave en la edificación
del canon (). El número de publicaciones sobre el candente debate del canon se encuentra al alza,
y, como evidencian los estudios anteriores, enfocan sus esfuerzos en el cuestionamiento
de una selección de mejores escritores y obras que excluye sistemáticamente a importantes
sectores del universo literario, y que ha dejado de tener en cuenta cambios cruciales
en la cultura y en la estructuras sociales o de poder ().
El estudio de hábitos de lectura ha cobrado gran importancia en los últimos años,
y la producción científica ha avanzado notablemente. Como refleja el informe de la
Federación de Gremios de Editores (FGEE) en 2021, un 64.4% de la población española
lee libros por ocio, en su tiempo libre; se ha apreciado un aumento desde el 57.9%
que se obtuvo en los informes de 2011. Las investigaciones dedicadas a los hábitos
de lectura suelen focalizarse en la creación y el fomento de estos hábitos, que parecen
estar teniendo sus frutos en los resultados ofrecidos por la FGEE. En la creación
de hábitos de lectura, estudiada normalmente en el ámbito de enseñanza y pedagogía
infantil, se asume que tal tarea debe ser adjudicada a la familia y al sistema educativo
(), instituciones intermediarias que se han visto superadas como reguladores de aquello
que debe leerse ().
Autores como convocan a participar en este desarrollo de hábitos de lectura a mediadores socioculturales,
gestores culturales, bibliotecarios… en un público que engloba desde la infancia hasta
la vejez. Se ha señalado anteriormente la función de mediador que encarna el periodista
cultural, que también tiene una notable importancia en el desarrollo de hábitos de
lectura, como puede ser la jerarquización de obras escogidas por un lector a partir
de las listas de mejores libros. Además, el público que se caracteriza como lector
de periódicos habitual comparte numerosos rasgos con el lector frecuente de libros
(), lo que supone que, a través de estos suplementos culturales, los lectores circulen
del medio periodístico al literario.
Hasta el momento, el volumen de publicaciones sobre el objeto de estudio escogido
—las recomendaciones literarias de la prensa cultural especializada— es reducido.
Solo recientemente se ha observado que las mujeres escritoras gozan de un espacio
mínimo en los suplementos de referencia, pese a apreciarse una tendencia paritaria
en varias de las principales cabeceras, o que los autores de los principales núcleos
editoriales (Madrid y Barcelona) están sobrerrepresentados frente al resto del país
y, sobre todo, de la España periférica (; ). No existen, en cambio, trabajos académicos sobre aspectos como la nacionalidad,
el idioma, el sello o grupo editorial o la edad.
Objetivos
Este estudio se propone examinar las recomendaciones lectoras de los principales suplementos
culturales españoles, tratando así de reconocer las características y las diferencias
en la prescripción literaria que se realiza desde la prensa de referencia. Se establecieron
para ello cuatro objetivos centrales. En primer lugar, este trabajo se marca determinar
cuáles son las principales nacionalidades recomendadas en los distintos suplementos
culturales, así como la lengua en la que están escritas las obras seleccionadas (O1).
En segundo lugar, describir la distribución editorial de las obras, con objeto de
detectar si existe alguna relación de preferencia entre los sellos independientes
frente a los pertenecientes a grandes grupos o conglomerados (O2). En tercer lugar,
trazar el perfil demográfico de los escritores según la edad que comportan en el año
en el que sus obras fueron elegidas (O3). Y, por último, determinar los rasgos comunes
y diferenciadores de las recomendaciones de los cuatro grandes suplementos culturales
de la prensa española (O4).
Metodología
La presente investigación toma la técnica de análisis de contenidos como método de
recogida de datos. Para ello, se ha aplicado una ficha a las listas de mejores libros
de los principales suplementos culturales en la prensa española: El Cultural, de El Mundo; Babelia de El País; ABC Cultural, del diario ABC y Cultura|s de La Vanguardia. Estas listas suelen salir a la luz a final de año y seleccionan las mejores obras
publicadas en los últimos 12 meses. Este repertorio conforma necesariamente una labor
de jerarquización y canonización, al afirmar que esas son las de mayor calidad escritas
durante el año.
Se han analizado las listas aparecidas entre los años 2010 y 2021, localizadas a través
de la hemeroteca de cada medio, bases de datos y repositorios alternativos como MyNews y archivos físicos procedentes de bibliotecas. En última instancia se alcanzó un
registro de 1.286 obras literarias repartidas en un periodo de estudio superior al
decenio, como se desglosa en la tabla 1. Únicamente no pudieron recuperarse las listas de mejores libros de los suplementos
Cultura|s, en los años 2010 y 2011, y ABC Cultural, en los años 2010 y 2015.
Tabla 1.Libros analizados por suplementos en cada año (2010-2021)
Babelia
Cultura|s
El Cultural
ABC Cultural
Total
%
2010
29
0
25
0
54
4.2%
2011
25
0
25
12
62
4.8%
2012
20
30
30
13
93
7.2%
2013
20
30
25
13
88
6.8%
2014
20
20
30
13
83
6.5%
2015
20
30
47
0
97
7.5%
2016
20
30
45
25
120
9.3%
2017
20
30
45
23
118
9.2%
2018
50
30
35
22
137
10.7%
2019
50
45
45
6
146
11.4%
2020
50
30
50
5
135
10.5%
2021
50
30
50
23
153
11.9%
Total
374
305
452
155
1.286
%
29.1%
23.7%
35.1%
12.1%
En aras de determinar las características de las recomendaciones literarias, se establecieron
ad hoc los principales atributos a medir de la obra, relativos tanto al autor como a la
propia publicación, procurando que estos fueran objetivables y no discrecionales para
garantizar así la fiabilidad de las observaciones. La ficha de análisis resultante
contuvo las siguientes variables:
- Nombre del suplemento. Computada como variable nominal con cuatro opciones (Babelia, El Cultural, ABC Cultural, Cultura|s).
- Año de publicación de la lista de mejores libros. Variable ordinal con doce valores
(2010, 2011, 2012, 2013, 2014, 2015, 2016, 2017, 2018, 2019, 2020, 2021).
- Nacionalidad de los autores. Variable nominal con categorías ad hoc por cada país aparecido en los listados, y que contempló un total de 57 al acabar
la recogida de datos (desde Albania hasta Venezuela, alfabéticamente).
- Idioma. Variable nominal indicativa de la lengua en la que se escribe la obra literaria.
Se han incluido los 26 idiomas aparecidos en los listados (desde Albanés hasta Yidis,
alfabéticamente).
- Editorial. Variable nominal que registra las editoriales encargadas de publicar
los libros escogidos. Se han recogido un total de 171 editoriales cuyas publicaciones
aparecen en las listas (desde Abada hasta Visor, alfabéticamente).
- Grupo. Computada como variable nominal, incluye los conglomerados o grupos bajo
los que se encuentran las editoriales antes estudiadas. Se han identificado 15 grupos
en total, así como una categoría adicional que engloba las editoriales independientes
(desde Anaya hasta Unidad Editorial, alfabéticamente).
- Edad. Variable de escala ordenada que recoge la edad del autor de cada obra seleccionada
en las listas de mejores libros, tomando como referencia el 31 de diciembre del año
correspondiente.
Resultados
Nacionalidad de los autores e idioma de escritura de las obras literarias
Los datos de la tabla 2 muestran cómo los autores de nacionalidad española predominan sobre el resto. Ahora
bien, los suplementos dejan ver diferencias notables entre sí. Mientras que en Babelia y ABC Cultural los escritores españoles representan menos de la mitad —37.4% y 43.9% de forma respectiva—,
en Cultura|s alcanzan el 53.4% y en El Cultural el 61.7%. Hay una diferencia de 24.3 puntos entre Babelia, el suplemento que menos autores españoles incluye, y El Cultural, el medio que más introduce (un 60.2% más). La segunda nacionalidad con mayor cuota
de autores es la estadounidense, que oscila entre el 10.6% alcanzado en El Cultural y el 20.6% de Babelia. En los cuatro suplementos ocupa este puesto, mientras que el tercer escalafón parece
más disputado: para unos es Reino Unido (El Cultural y ABC Cultural) y para otros Francia (Babelia y El Cultural). Los países latinoamericanos no entran en escena hasta la posición número 5, con
Argentina, que muestra como máximo un 6.1% en Babelia y menos del 5% en el resto de suplementos, y México, en la posición número 9, con
un 2.7% de máximo en Babelia. Europa acumula el 76.8% del total de obras, muy por delante de Norteamérica (18.2%)
en todas las cabeceras, que a su vez aventaja en más del doble de libros a sus vecinos
sudamericanos (7.4%), quienes de manera conjunta se encuentran incluso por debajo
de países como Reino Unido (7.6%).
Cabe destacar, asimismo, que Babelia se postula como el suplemento más abierto a distintas nacionalidades, al incluir
hasta 42 distintas en el período comprendido, mientras que los demás se mueven entre
las 29 de ABC Cultural y las 36 de El Cultural.
Tabla 2.Distribución de las obras por nacionalidad del autor y suplemento
País / Continente
n
Babelia
Cultura|s
El Cultural
ABC Cultu.
Total
1
España
650
37.4%
53.4%
61.7%
43.9%
50.5%
2
Estados Unidos
196
20.6%
13.4%
10.6%
19.4%
15.2%
3
Reino Unido
98
7.8%
6.2%
8.8%
6.5%
7.6%
4
Francia
84
8.6%
6.9%
5.1%
5.2%
6.5%
5
Argentina
53
6.1%
4.3%
2.7%
3.2%
4.1%
6
Alemania
34
2.9%
2.3%
1.8%
5.2%
2.6%
7
Canadá
21
1.9%
2.0%
0.9%
2.6%
1.6%
8
Polonia
19
2.4%
0.3%
1.5%
1.3%
1.5%
9
México
17
2.7%
1.0%
0.0%
2.6%
1.3%
10
Italia
16
1.6%
1.3%
0.9%
1.3%
1.2%
–
Resto de países
178
17.6%
12.8%
11.3%
14.2%
13.8%
1
Europa
988
69.0%
78.0%
84.1%
72.3%
76.8%
2
Norteamérica
234
25.1%
16.4%
11.5%
24.5%
18.2%
3
Sudamérica
95
11.2%
5.6%
6.0%
5.8%
7.4%
4
Asia
25
2.1%
2.0%
2.2%
0.6%
1.9%
5
Centroamérica
11
0.8%
1.0%
0.9%
0.6%
0.9%
6
África
7
0.8%
0.3%
0.7%
0.0%
0.5%
7
Oceanía
5
0.8%
0.7%
0.0%
0.0%
0.4%
Variedad
42
33
36
29
58
% sobre el total
72.4%
56.9%
62.1%
50.0%
Desde una perspectiva diacrónica, se nota una clara disminución de la ratio de autores
de nacionalidad española a lo largo de los años, como queda reflejado en la tabla 3. Desde 2010 hasta 2021, decrece hasta un 37.3%, o 24.9 puntos (desde el 66.7% al
41.8%). La transición ocurre entre 2013 y 2016, cuando se pasa del 70.5% al 38.3%:
algo más de la mitad. Por el contrario, se aprecia un crecimiento progresivo de Estados
Unidos, que comienza con un 5.6% de autores de esa nacionalidad en 2010 y asciende
hasta el 19.6% en 2021, cerca de triplicar la proporción inicial. El resto de nacionalidades
no muestra una clara tendencia al alza o a la baja, con oscilaciones coyunturales
en función del año estudiado.
El fenómeno observado en los países tiene su réplica en los continentes, con Europa
perdiendo hasta un 21.4% de su hegemonía entre 2010 y 2021 (del 88.9% al 69.9%) y
Norteamérica triplicándola (de 7.4% a 21.6%), en tanto que en el resto de las regiones
no se observan patrones claros. La cantidad de países con representación ha crecido
en los años estudiados, en la línea del aumento del número de obras seleccionadas.
Tabla 3.Distribución de las obras por nacionalidad del autor y año (2010-2021)
n
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2020
2021
España
650
66.7%
59.7%
65.6%
70.5%
55.4%
45.4%
38.3%
42.4%
46.7%
49.3%
50.4%
41.8%
Estados Unidos
196
5.6%
12.9%
7.5%
8.0%
9.6%
14.4%
19.2%
16.1%
19.7%
15.8%
20.0%
19.6%
Reino Unido
98
5.6%
6.5%
6.5%
4.5%
4.8%
12.4%
8.3%
8.5%
8.0%
8.2%
6.7%
8.5%
Francia
84
3.7%
3.2%
3.2%
3.4%
10.8%
9.3%
10.0%
4.2%
5.8%
6.8%
5.2%
9.2%
Argentina
53
5.6%
3.2%
4.3%
1.1%
6.0%
7.2%
5.8%
5.1%
3.6%
4.8%
2.2%
2.0%
Alemania
34
3.7%
4.8%
2.2%
3.4%
0.0%
2.1%
7.5%
4.2%
0.0%
1.4%
2.2%
2.0%
Canadá
21
0.0%
0.0%
1.1%
3.4%
1.2%
0.0%
0.8%
1.7%
3.6%
2.1%
3.0%
0.7%
Polonia
19
0.0%
1.6%
1.1%
0.0%
2.4%
1.0%
1.7%
0.8%
0.7%
4.1%
1.5%
1.3%
México
17
1.9%
1.6%
3.2%
1.1%
2.4%
0.0%
1.7%
0.0%
1.5%
0.7%
1.5%
1.3%
Italia
16
0.0%
1.6%
0.0%
1.1%
0.0%
2.1%
1.7%
0.0%
3.6%
0.0%
1.5%
2.0%
Resto de países
178
20.4%
12.9%
10.8%
12.5%
14.5%
12.4%
9.2%
19.5%
14.6%
11.0%
11.9%
18.3%
Europa
988
88.9%
87.1%
86.0%
86.4%
80.7%
78.4%
71.7%
72.0%
74.5%
75.3%
71.9%
69.9%
Norteamérica
234
7.4%
14.5%
11.8%
12.5%
13.3%
14.4%
21.7%
17.8%
24.8%
18.5%
24.4%
21.6%
Sudamérica
95
9.3%
6.5%
5.4%
9.1%
8.4%
8.2%
7.5%
6.8%
5.8%
8.9%
5.2%
8.5%
Asia
25
3.7%
0.0%
1.1%
0.0%
2.4%
3.1%
1.7%
1.7%
1.5%
1.4%
2.2%
3.9%
Centroamérica
11
0.0%
0.0%
1.1%
1.1%
1.2%
1.0%
0.8%
0.8%
0.7%
0.0%
2.2%
0.7%
África
7
1.9%
0.0%
0.0%
0.0%
0.0%
0.0%
0.0%
1.7%
0.7%
0.0%
0.0%
2.0%
Oceanía
5
1.9%
0.0%
0.0%
0.0%
1.2%
1.0%
0.0%
0.8%
0.7%
0.0%
0.0%
0.0%
Variedad
17
17
19
18
19
19
21
26
25
22
21
27
% sobre el total
29.3%
29.3%
32.8%
31.0%
32.8%
32.8%
36.2%
44.8%
43.1%
37.9%
36.2%
46.6%
En cuanto a los idiomas empleados en las obras, los cruces de variables expuestos
en la tabla 4 indican un holgado predominio de libros en español en los cuatro suplementos, si
bien El Cultural logra cotas del 67.0% frente al mínimo de 37.7% que arroja Cultura|s (un 43.7% menos). El idioma inglés se coloca como segunda lengua tras el español,
con un máximo de 30.7% en Babelia y un mínimo de 20.6% en El Cultural. El francés cobra importancia en los suplementos de Cultura|s y Babelia, ambos por encima del 7%, pero pierde fuerza en El Cultural y en ABC Cultural, viéndose superado en este último suplemento por la lengua alemana, con un 6.5% del
total.
El caso de Cultura|s, perteneciente a La Vanguardia, presenta una peculiaridad que lo distingue del resto: su apuesta por la literatura
en catalán (22.0% de las recomendaciones), casi a la par que el inglés (23.3%), frente
al resto de suplementos en los que esta lengua no llega al 1%, o incluso se instala
en el 0.0%, como ocurre en ABC Cultural.
Tabla 4.Distribución de las obras por idioma y suplemento
Idioma
n
Babelia
Cultura|s
El Cultural
ABC Cultu.
Total
1
Español
677
47.9%
37.7%
67.0%
51.6%
52.6%
2
Inglés
324
30.7%
23.3%
20.6%
29.0%
25.2%
3
Francés
81
7.8%
7.2%
4.6%
5.8%
6.3%
4
Catalán
71
0.8%
22.0%
0.2%
0.0%
5.5%
5
Alemán
42
4.5%
2.6%
1.5%
6.5%
3.3%
6
Italiano
15
1.6%
1.0%
0.9%
1.3%
1.2%
Resto de idiomas
74
6.7%
6.2%
5.1%
4.5%
5.8%
Variedad
19
20
18
10
27
% sobre el total
70.4%
74.1%
66.7%
37.0%
El estudio de la serie histórica permite detectar cambios de gran interés a lo largo
de los once años contemplados en la investigación, dispuestos en la tabla 5. La dominancia del español en el año 2010 es abrumadora, con un 74.1% de las obras
seleccionadas, situándose en segundo lugar las obras en inglés con un 14.8%. A lo
largo de los años se aprecia una disminución notable de los primeros: de suponer tres
de cada cuatro de los mejores libros del año, al final del período estudiado la cifra
se queda en dos de cada cuatro (48.4% del total): la literatura escrita en español
mengua, así, en un 34.1% en once años. La evolución contraria se observa con el inglés,
que queda cerca de duplicarse en el periodo estudiado: de un 14.8% de libros en 2010
se asciende a un 28.8% en 2021. El resto de los idiomas no muestra una propensión
clara en ninguno de los sentidos.
Tabla 5.Distribución de las obras por idioma y año (2010-2021)
n
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2020
2021
Español
677
74.1%
67.7%
61.3%
65.9%
63.9%
46.4%
43.3%
46.6%
46.7%
45.9%
51.9%
48.4%
Inglés
324
14.8%
14.5%
16.1%
13.6%
15.7%
23.7%
30.8%
30.5%
33.6%
26.7%
31.1%
28.8%
Francés
81
3.7%
4.8%
4.3%
4.5%
10.8%
9.3%
9.2%
3.4%
5.1%
6.8%
4.4%
7.8%
Catalán
71
0.0%
0.0%
10.8%
8.0%
0.0%
7.2%
5.0%
5.1%
4.4%
11.0%
5.2%
3.9%
Alemán
42
5.6%
4.8%
2.2%
3.4%
0.0%
2.1%
5.8%
5.9%
3.6%
2.1%
1.5%
3.3%
Italiano
15
0.0%
1.6%
0.0%
1.1%
0.0%
2.1%
0.8%
0.0%
3.6%
0.0%
1.5%
2.0%
Resto de idiomas
74
1.9%
6.5%
5.4%
3.4%
9.6%
9.3%
3.3%
8.5%
2.9%
7.5%
4.4%
5.9%
Variedad
6
9
11
10
10
14
10
12
11
12
11
13
% sobre el total
22.2%
33.3%
40.7%
37.0%
37.0%
51.9%
37.0%
44.4%
40.7%
44.4%
40.7%
48.1%
Sellos y grupos editoriales de los libros seleccionados
Como se detalla en la tabla 6, Anagrama es la editorial por excelencia para tres de los cuatro suplementos culturales
(12.6% del total de mejores libros). Presenta una mayor proporción en Babelia con un 15.2%, mientras que en ABC Cultural solo llega al 5.2%, quedando por debajo de Seix Barral y Alfaguara y a la par con
Galaxia Gutenberg. Es Seix Barral, precisamente, la que aparece en segundo lugar (7.2%
de las obras recomendadas), con una mayor presencia también en Babelia (7.8%). El Cultural parece decantarse en mayor medida por obras publicadas por Tusquets y ABC Cultural apuesta a la hora de confeccionar las listas sobre todo por Alfaguara, cuyo caso
resulta paradigmático: entre los años 2010 y 2014, las obras de este sello suponen
un 9.3% de media en los cuatro suplementos, pero la cifra desciende hasta el 4.3%
en el período 2015-2021, poco después de materializarse su venta de PRISA a Penguin
Random House. En cualquier caso, las cuatro grandes editoriales (Anagrama, Seix Barral,
Tusquets y Alfaguara) comportan el 32.7% del total de obras seleccionadas; el 62.8%
restante se reparte entre otras 167 editoriales. ABC Cultural es, en este sentido, el suplemento que más reparte sus recomendaciones entre las
editoriales más pequeñas (solo el 23.9% de las obras citadas las editan los cuatro
grandes sellos), mientras que Babelia muestra una mayor preferencia por los más vendidos (37.2%).
Tabla 6.Distribución de las obras por sello editorial y suplemento
Editorial
n
Babelia
Cultura|s
El Cultural
ABC Cultu.
Total
1
Anagrama
162
15.2%
14.8%
11.5%
5.2%
12.6%
2
Seix Barral
92
7.8%
7.2%
6.9%
6.5%
7.2%
3
Tusquets
89
7.5%
4.9%
8.4%
5.2%
6.9%
4
Alfaguara
77
6.7%
5.2%
5.5%
7.1%
6.0%
5
Galaxia Gutenberg
49
1.9%
4.6%
4.4%
5.2%
3.8%
6
Random House
40
3.7%
3.9%
2.2%
2.6%
3.1%
7
Acantilado
38
2.9%
2.3%
3.5%
2.6%
3.0%
8
Debate
34
2.4%
1.0%
4.2%
1.9%
2.6%
9
Galaxia G./Círculo L.
33
4.0%
0.7%
2.9%
1.9%
2.6%
10
Salamandra
31
1.6%
4.3%
1.3%
3.9%
2.4%
11
Taurus
31
3.7%
0.7%
2.7%
1.9%
2.4%
12
Visor
31
1.9%
0.0%
4.4%
2.6%
2.4%
13
Libros del Asteroide
28
2.4%
2.3%
1.8%
2.6%
2.2%
Big-4
420
37.2%
32.1%
32.3%
23.9%
32.7%
Resto (salvo Big-4)
710
62.8%
67.9%
67.7%
76.1%
67.3%
Variedad
73
80
77
67
171
% sobre el total
42.7%
46.8%
45.0%
39.2%
Al estudiar los grupos en los que se enmarcan las distintas editoriales, se aprecia,
como puede verse en la tabla 7, que en los cuatro suplementos las editoriales independientes (42.1% del total) se
sitúan por encima de cada uno de los principales grupos de manera individual, pero
no en conjunto (alcanzan un 57.9%). ABC Cultural se erige como la que mayor preferencia muestra por los sellos independientes, con
un 48.4%, y El Cultural la que menos se inclina por editoriales fuera de conglomerados empresariales (37.4%).
Planeta es el primer grupo en representación dentro de los cuatro suplementos (24.4%),
mostrando una mayor proporción en El Cultural (28.1%) y Cultura|s (28.5%) que en Babelia (19.8%) o ABC Cultural (16.8%). En segundo puesto aparece el grupo Penguin Random House (15.6%), cuyas obras
son seleccionadas en mayor medida por Babelia (18.2%) y ABC Cultural (16.1%). PRISA, grupo en el que se enmarca El País y por tanto Babelia, es más apoyada por este suplemento que por el resto, si bien las diferencias resultan
poco reseñables (3.7%, frente al 3.2% de ABC Cultural, el 3.1% de El Cultural o el 1.6% de Cultura|s).
Tabla 7.Distribución de las obras por grupo editorial y suplemento
Grupo Editorial
n
Babelia
Cultura|s
El Cultural
ABC Cultu.
Total
1
Independiente
542
40.9%
47.5%
37.4%
48.4%
42.1%
2
Planeta
314
19.8%
28.5%
28.1%
16.8%
24.4%
3
Penguin R. H.
200
18.2%
14.1%
14.2%
16.1%
15.6%
4
Feltrinelli
156
14.4%
14.8%
10.8%
5.2%
12.1%
5
Anaya
49
1.9%
2.3%
5.5%
6.5%
3.8%
6
PRISA
38
3.7%
1.6%
3.1%
3.2%
3.0%
Planeta + Penguin
514
38.0%
42.6%
42.3%
32.9%
40.0%
Resto
840
62.0%
57.4%
57.7%
67.1%
60.0%
Variedad
10
12
8
11
16
% sobre el total
62.5%
75.0%
50.0%
68.8%
En la tabla 8 puede contemplarse que las editoriales independientes son escogidas en el año 2010
(59.3%) en mayor medida que en el año 2021 (44.4%), una diferencia del 24.2% o de
14.9 puntos. No obstante, esta tendencia no parece constante a lo largo de los años,
como sí ocurre con los dos grandes grupos, Planeta y Penguin Random House: el primero
pasa del 9.3% en 2010 al 22.9% en 2021, un aumento del 146.2% en once años; el segundo
asciende significativamente desde un 7.4% en 2010 hasta el 20.3% de 2021, con un crecimiento
del 174.3%. Juntos, ambos grupos han pasado de aportar en 2010 el 16.7% de las obras
seleccionadas al 43.1% en 2021, y con esta tendencia alcista en diversas anualidades
han estado cerca de copar hasta la mitad de los mejores libros según los medios.
Tabla 8.Distribución de las obras por grupo editorial y año (2010-2021)
POR GRUPO
n
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2020
2021
Independiente
542
59.3%
46.8%
36.6%
38.6%
43.4%
34.0%
43.3%
48.3%
46.0%
32.2%
42.2%
44.4%
Planeta
314
9.3%
19.4%
26.9%
29.5%
26.5%
19.6%
23.3%
27.1%
22.6%
26.0%
30.4%
22.9%
Penguin RH
200
7.4%
6.5%
8.6%
6.8%
20.5%
17.5%
17.5%
9.3%
19.7%
21.2%
17.0%
20.3%
Feltrinelli
156
0.0%
6.5%
5.4%
17.0%
10.8%
21.6%
15.0%
11.9%
8.8%
17.8%
9.6%
12.4%
Anaya
49
5.6%
1.6%
4.3%
2.3%
1.2%
8.2%
0.8%
6.8%
4.4%
4.1%
3.7%
2.6%
PRISA
38
13.0%
16.1%
12.9%
10.2%
0.0%
0.0%
0.0%
0.0%
0.0%
0.0%
0.0%
0.0%
Planeta+Penguin
514
16.7%
25.8%
35.5%
36.4%
47.0%
37.1%
40.8%
36.4%
42.3%
47.3%
47.4%
43.1%
Resto
840
83.3%
74.2%
64.5%
63.6%
53.0%
62.9%
59.2%
63.6%
57.7%
52.7%
52.6%
56.9%
Variedad
7
8
8
9
7
9
8
6
9
8
7
8
% sobre el total
43.8%
50.0%
50.0%
56.3%
43.8%
56.3%
50.0%
37.5%
56.3%
50.0%
43.8%
50.%
Feltrinelli, por su parte, alcanza, gracias a Anagrama, cierta relevancia a lo largo
de los años, hasta llegar a un 12.4% en 2021, pues presentaba un 0% de obras recomendadas
en el año 2010. Anaya y PRISA, al contrario que otros grupos, muestran un descenso
en el periodo estudiado: Anaya cae a menos de la mitad entre 2010 y 2021 (de 5.6%
a 2.6%), y PRISA desaparece a partir del año 2014.
Edad de los autores
En última instancia conviene repasar el perfil etario de los autores recomendados.
El primer dato que se aprecia en la tabla 9 es su edad media, situada en 58.5, con oscilaciones de menos de tres años entre unos
suplementos y otros: Cultura|s muestra el promedio de edad más bajo, con 55.8 años, mientras que en ABC Cultural se supera la franja de los sesenta años (60.2). Si se computan, además, los escritores
fallecidos, es el propio ABC Cultural el que tiende en mayor medida a incluirlos, con un 26.5% de difuntos en sus listas,
lo que supone algo más de uno de cada cuatro autores recomendados. En El Cultural y Cultura|s, por contra, para encontrar un escritor fallecido hay que aumentar la cuenta a 25
(4.6% y 4.2% de las recomendaciones, respectivamente). En cuanto a los rangos de edad,
se observa que los autores de 35 años o menos representan una pequeña parte de la
muestra (3.7%), y hay, de hecho, más escritores tan solo en la franja de 76-80 años
(4.8%) que menores de 35. El rango que más individuos acoge es el que abarca de los
61 a los 65 años (12.6%), donde se observa el porcentaje de autores más alto en casi
todos los suplementos (Babelia 12.8%; Cultura|s 13.4%; El Cultural 12.8%; ABC Cultural 9.7%). A este pico solo se acercan otras dos franjas de edad, en concreto la inmediatamente
anterior (10.6% entre 56 y 60) y la inmediatamente posterior (10.4% entre 66 y 70).
Tabla 9.Edad de los autores en rangos de 5 años según el suplemento
Babelia
Cultura|s
El Cultural
ABC Cultu.
Total
Edad promedio (vivos)
59.9
55.8
58.8
60.2
58.5
Mediana (vivos)
60
56
59
60
58
Mínimo
25
26
26
35
25
Máximo
101
89
98
97
101
# de fallecidos
48
14
19
41
122
% de fallecidos
12.8%
4.6%
4.2%
26.5%
9.5%
Hasta 30
1.3%
2.6%
1.8%
0.0%
1.6%
31-35
1.9%
2.6%
2.2%
1.3%
2.1%
36-40
4.5%
8.2%
4.6%
3.2%
5.3%
41-45
7.8%
10.2%
7.7%
8.4%
8.4%
46-50
9.4%
11.5%
9.7%
5.8%
9.6%
51-55
8.6%
11.5%
10.8%
9.0%
10.1%
56-60
10.2%
11.1%
11.9%
6.5%
10.6%
61-65
12.8%
13.4%
12.8%
9.7%
12.6%
66-70
9.1%
8.9%
13.1%
9.0%
10.4%
71-75
6.4%
6.9%
8.0%
4.5%
6.8%
76-80
5.9%
3.3%
5.3%
3.9%
4.8%
81-85
3.7%
2.6%
3.1%
1.3%
3.0%
86-90
2.7%
1.3%
1.1%
1.9%
1.7%
91-95
0.8%
0.0%
0.2%
1.9%
0.5%
96-100
0.3%
0.0%
0.2%
0.6%
0.2%
Más de 100
0.3%
0.0%
0.0%
0.0%
0.1%
La aparente preferencia por escritores de avanzada edad la subrayan otros datos: el
9.5% de los autores recomendados han fallecido, y el 9.0% tiene 40 años o menos. Es
decir: se recomienda a más escritores difuntos que jóvenes. En el caso concreto de
ABC Cultural —que opta por no incluir a ningún autor menor de 35 años— hay más autores fallecidos
que menores de 54. El autor más joven cuenta 25 años (la española Andrea Abreu, por
Panza de burro); el mayor, 101 (el germanoneerlandés Hans Keilson por La muerte del adversario). En términos globales, la edad que más porcentaje aporta al total es 70 años, con
un 3.2% del total, con lo que se recomienda a más literatos de exactamente 70 años
que a menores de 34 (2.8%).
Conclusiones
El objetivo principal de la presente investigación reside en determinar el tipo de
recomendaciones literarias que llevan a cabo los suplementos culturales a través de
las listas de mejores libros publicadas a finales de año. En primer lugar, se estudió
la nacionalidad de los autores inmersos en estas listas y el idioma en el que se escriben
sus obras literarias (O1). La primera conclusión es que los libros de escritores españoles
tienen prioridad sobre el resto, si bien esta predominancia se observa en mayor medida
en unos suplementos que en otros: El Cultural, de El Mundo, muestra un 61.7% frente a Babelia, de El País, con un 37.4%. Es posible que la tendencia ideológica de la prensa en la que se enmarcan
haya tenido influencia, y por ello el suplemento de El Mundo apuesta en mayor medida por autores nacionales y el de El País parece tener una perspectiva más internacionalista. Esta regla no aplicaría a ABC Cultural, cuyo perfil coincide más con Babelia que con El Cultural; Cultura|s de La Vanguardia, por su parte, se maneja en otras coordenadas por el importante matiz de la lengua,
como se explicará más adelante.
Atendiendo al análisis diacrónico, la presencia de literatos españoles ha disminuido
un 34.1% entre 2010 y 2021 en los cuatro suplementos, por lo que en general parece
haber mayor predilección en los últimos años por explorar las novedades literarias
del extranjero. Sin embargo, el país que mejor se presta a estas incursiones es Estados
Unidos: las obras escritas por sus autores ocupan sistemáticamente el segundo lugar
en todos los suplementos, donde alcanza ya cada año el 20% de las recomendaciones
—cuadruplicando el 5.6% que se anotaba al inicio del periodo de estudio, en 2010—,
empezando a ejercer como referencia para la prensa patria y mostrando un poderío cultural
habitual en otras disciplinas como el cine pero que, hasta ahora, no había demostrado
en el ámbito de la literatura.
En términos lingüísticos vuelve a dominar, al igual que ocurre con la nacionalidad,
el español con un 52.6% del total de libros seleccionados. Debe tenerse en cuenta
que, a diferencia de la variable anterior, la literatura en español incluye a autores
hispanohablantes de todo el mundo, al igual que se excluyen todas aquellas obras de
autores españoles escritas en otra lengua (catalán, euskera, gallego…). El Cultural (67%) y ABC Cultural (51.6%), de tendencia más conservadora, son los que mayor literatura en español recomiendan,
mientras que Babelia apuesta por obras en otros idiomas, limitando el español a menos de la mitad (47.9%).
Cultura|s (37.7%) presenta la menor proporción de obras en español debido a la apuesta por
el catalán de su cabecera madre, La Vanguardia, con secciones dentro de sus listas dedicadas exclusivamente a literatura en esta
lengua. Las obras en catalán ocupan el 22.0% del total en Cultura|s pero no alcanza el 1% en el resto de suplementos: aun así, es hasta cuatro veces
más habitual encontrar libros en catalán en Babelia, del diario progresista El País, que en El Cultural, del conservador El Mundo. En ABC Cultural, por su parte, no se recomienda una sola obra escrita en catalán.
El inglés es la segunda lengua preferida en las recomendaciones, sobre todo para Babelia (30.7%) y ABC Cultural (29.0%), lo que vuelve a poner de manifiesto la influencia de sus dos grandes embajadores,
Estados Unidos y Reino Unido. El francés, la tercera lengua a gran distancia del inglés,
parece recibir bastante más atención de Babelia y Cultura|s que de El Cultural y ABC Cultural, lo cual nuevamente puede venir motivado por las líneas editoriales de cada cabecera
y los lazos históricos existentes entre España y Francia.
En lo que respecta a las editoriales y grupos empresariales a las que estas pertenecen
(O2), ha quedado patente el predominio de Anagrama en tres de los cuatro suplementos,
lo que parece situarla como editorial de referencia. La diferencia es notable con
las tres editoriales que la siguen (Seix Barral, Tusquets y Alfaguara), que a su vez
marcan una distancia amplia con el resto. Es de interés el caso de la última, Alfaguara,
cuya media desde el año 2010 a 2014 (9.3%) decrece hasta el 4.3% entre los años 2015
y 2021. El año 2014 parece ser el punto de inflexión, en el que las recomendaciones
bajo el sello Alfaguara se reducen ostensiblemente (Babelia pasa de un 9.0% a un 0%; igual ocurre con El Cultural, que merma desde un 9.6% al 0%), justo tras su venta de PRISA al grupo Penguin Random
House.
En lo referente a los grupos editoriales, Planeta y Penguin Random House protagonizan
las listas de los cuatro suplementos: Planeta engloba dos de las editoriales que más
obras contribuyen (Seix Barral y Tusquets), además de otras editoriales también ampliamente
representadas en las listas (Deusto, Destino, Espasa…), y Penguin Random House comprende
otra de las cuatro editoriales principales (Alfaguara), junto a otras con representación
algo más modesta (Random House, Salamandra, Taurus…). Su crecimiento, además, ha sido
sostenido, triplicando sus dígitos entre 2010 y 2021, rondando la mitad de los libros
destacados en las últimas ediciones y con visos de superar fácilmente el umbral del
50% en años venideros. Un escenario en el que dos grupos dominan la inmensa mayoría
de las recomendaciones literarias, que a su vez determinan en buena medida los hábitos
de lectura de los lectores, aparece como amenaza a la diversidad del panorama cultural
español, ya marcada por las más que notables diferencias de acceso entre territorios
().
Por último, uno de los rasgos más llamativos es el de la edad (O3): los resultados
permiten vislumbrar una clara inclinación hacia los autores de edad avanzada frente
a los jóvenes, superados incluso por los ya fallecidos. Como se destacaba en el apartado
de resultados, hay más escritores entre los 76 y los 80 que menores de 35, y en suplementos
como ABC Cultural no se detecta un solo autor menor de 35 años en once años. Además, una décima parte
de los escritores incluidos en las listas ha fallecido (hasta un 26.5% en ABC Cultural), porcentaje que conduce a la conclusión de que hay más difuntos que menores de 40
años. Por un lado, puede interpretarse como la ratificación de la asociación de obras
canónicas con clásicos (): es posible que no haya pasado el tiempo necesario como para que los autores jóvenes
se hayan asentado como figuras literarias canónicas que merezcan aparecer en estas
listas —en el caso académico, un factor de canonización clave es la cantidad de publicaciones
y la atención crítica de la obra en cuestión—. Por otro, puede apuntar al hermetismo
del panorama literario, circuito del que pueden verse excluidos en numerosas ocasiones
los escritores noveles por motivos extraliterarios. Además, otorga razones para la
pérdida de fuerza del crítico literario en los gustos o hábitos de los lectores jóvenes,
especialmente entre los 13 y 25, como se recoge en y ). El hecho de que la autora más joven en las listas tenga 25 años (35 en ABC Cultural) o que la edad promedia en todos los suplementos sea de 58.5 años, impide que los
lectores jóvenes encuentren literatos en los que reflejarse, o literatura que se centre
en la experiencia de las nuevas generaciones, que solo puede ser emulada y no encarnada
por los escritores de edad avanzada.
La jerarquización literaria propuesta por los suplementos culturales, contemplada
en este estudio como un agente moldeador de los hábitos de lectura actuales por su
potencial prescriptor, muestra un proceso diacrónico notable en las distintas variables
estudiadas. Por un lado, la promoción de lo propio a través de la inclusión de obras
escritas por autores españoles o en español; si bien la tendencia internacionalista
ha hecho disminuir esta clara preferencia, con Estados Unidos y el inglés en cercano
seguimiento de la producción patria. El monopolio editorial se asienta aún más en
torno a los grandes grupos editoriales, Planeta y Penguin Random House, a lo largo
de los años estudiados, conglomerados que cada año absorben sellos relevantes a nivel
nacional. Por último, la madurez goza de un estatus privilegiado en el circuito literario,
con autores de avanzada edad cuyas obras colman las listas cada año, excluyendo a
jóvenes artistas de la participación directa en la agenda cultural española y, de
manera indirecta, en los hábitos lectores de los ciudadanos. En atención a los datos,
la prescripción de los suplementos culturales dirige al lector hacia obras que encarnan
unos rasgos tipológicos concretos, pese a argüir únicamente criterios estético-literarios
en el proceso de selección.
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