El consumo de información en entornos digitales ha transformado de forma disruptiva los modelos y prácticas lectoras históricamente consolidadas bajo la influencia del libro como dispositivo para la lectura impresa. El ecosistema digital ha difundido un nuevo estilo de lectura, caracterizado principalmente por ser más rápido y selectivo, en el que se anteponen de manera paradigmática cuestiones relacionadas con el pragmatismo y la productividad, frente a las ventajas de lo analógico en el ámbito cognitivo y sensorial. El presente estudio identifica y analiza los factores percibidos de desapego hacia la lectura digital en el contexto específico de la práctica lectora en la comunidad educativa en la Universidad de Salamanca. Para ello se pregunta a una muestra representativa (n=25) de alumnos y profesores seleccionados mediante muestreo aleatorio simple, a través de una entrevista semiestructurada, y se estudian los resultados con la asistencia de la herramienta Atlas.ti. Los resultados permiten identificar y analizar una serie de factores, y sus interrelaciones, que apelan a aspectos como la cognición, la percepción emocional y/o estética, la accesibilidad o la potencialidad pragmática, entre otros, que conforman la realidad ontológica que explica el desapego, y la resistencia de lo impreso, frente al proceso colonizador de las tecnologías digitales.
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Cómo citar
Merchán-Sánchez-Jara, J.-F., Mastrobattista, L., Muñoz-Rico, M., González-Gutiérrez, S., & Cordón-García, J.-A. (2024). Hacia una ontología de factores de desapego en procesos de lectura digital en educación superior . Ocnos, 24(1). https://doi.org/https://doi.org/10.18239/ocnos_2025.24.1.438
Merchán-Sánchez-Jara, Mastrobattista, Muñoz-Rico, González-Gutiérrez, and Cordón-García: Hacia una ontología de factores de desapego en procesos de lectura digital en Educación
Superior
INTRODUCCIÓN: LO DIGITAL COMO ELEMENTO DISRUPTIVO EN LA TRADICIÓN LECTORA
Desde la aparición de la escritura todos los cambios operados en los procesos de comunicación
escrita han suscitado reticencias, censuras o abiertos rechazos. La propia invención
de la escritura produjo uno de los discursos más potentes de la tradición clásica,
el desarrollado por Platón en Fedro, donde se cuestionan las virtudes del nuevo invento por el daño que este produciría
en la memoria, puesto que todo registro escrito de cualquier mensaje menoscabaría
la capacidad de procesamiento biológica del mismo. lo pone de manifiesto en el bello estudio que dedicó a este diálogo cuyos argumentos
han sido reproducidos en numerosos textos posteriores para rebatir otras innovaciones
de la misma naturaleza. En ese caso, la contraposición se efectuaba entre dos sistemas
que habrían de convivir durante miles de años, el oral, practicado hasta entonces
por toda la comunidad social, y el escrito, naciente en aquel tiempo, pero que a partir
de ese momento revolucionaría todo el registro de la memoria convirtiéndose en el
estándar de la comunicación. Las prevenciones manifestadas contra la escritura se
hicieron extensibles a la lectura, sobre todo cuando esta comenzó a generalizarse,
saliendo de los muros de los monasterios y expandiendo mensajes contrarios al poder,
la religión, o a las convenciones sociales.
En la actualidad, desde el punto de vista cognitivo, como ocurrió con la escritura,
y posteriormente con la imprenta, la tecnología digital ha suscitado todo tipo de
cuestionamientos y rechazos por una parte significativa de teóricos e investigadores
de la lectura que han puesto el acento sobre los valores de lo digital en relación
con sus posibilidades para el enriquecimiento intelectual. Se aducen problemas de
concentración, memorización y profundidad para ponderar los mejores resultados del
entorno impreso en estos campos. Aunque en estos últimos años autores como , , o , han relativizado estas posiciones tan categóricas y establecido las condiciones
en las que la lectura digital puede ser viable desde diferentes ángulos, todavía se
pueden apreciar severas posturas de rechazo ante la misma. Se aduce igualmente una
cierta servidumbre tecnológica, amparada en la necesidad de uso de dispositivos intermediarios,
que lejos de dedicarse exclusivamente a la lectura instauran la interrupción y la
distracción como elementos disruptivos de la misma.
En este contexto, la lectura digital se inscribe en un marco problemático, en el que,
además, se está produciendo una lucha general por la captación de la atención en el
terreno de las industrias culturales (; ). El tiempo de ocio aparece cada vez más como un terreno de pugna por captar el interés
de los ciudadanos a través de productos de diversa naturaleza con los que el libro
ha de competir, en esa suerte de economía de la atención teorizada por . El problema es que el resto de los elementos que entran en liza (películas, música,
audios, juegos, etc.), revisten una menor exigencia cognitiva que la lectura y, por
lo tanto, cuentan con la ventaja inicial de una mejor predisposición por parte de
las personas a su consumo (). El auge del audiolibro en el sector editorial desde el año 2017, con cifras de
crecimiento que duplican y triplican las de los libros electrónicos, no es más que
una evidencia de este aserto, que vendría a ratificar las teorías del Paréntesis Gutenberg,
pero también las presunciones que se encuentran en las obras sobre la segunda oralidad
y la escrituralidad (; ; ).
Este es el marco general en el que se desarrollan las prácticas de lectura digital.
Ahora bien, en estas nos encontramos con un mayor o menor nivel de fidelidad entre
los lectores según sus circunstancias y contextos, pero el punto crítico y que es
perentorio investigar para conocer con precisión la naturaleza del problema se sitúa
en aquellos sectores que rechazan lo digital, por motivos variados, que muestran diversas
formas de reticencia ante los nuevos medios, que van desde lo puramente estético,
a lo cognitivo, pasando por lo emocional o lo sensorial.
METODOLOGÍA
La presente investigación pretende examinar cómo la comunidad académica, en el caso
concreto de la Universidad de Salamanca, percibe la experiencia lectora en el ámbito
digital, desde la perspectiva de la obtención de la visión más personal de cada individuo
por medio de entrevistas semiestructuradas. Desde este enfoque, se pretende avanzar
hacia un modelo ontológico sobre los factores de desapego a la lectura digital en
función de su percepción. Para ello, se ha procedido a identificar grupos y categorías
de individuos representativos de cada ámbito de la actividad académica en relación
con las áreas de estudio o disciplinas de especialización, o el nivel e intensidad
de dedicación a la lectura. De esta manera, se pretende comprobar la presencia de
efectos que predeterminan la adopción de ciertas posturas de desapego hacia la lectura
digital y su grado de correlación con los condicionantes recogidos en la literatura
científica. De manera paralela, se pretende descubrir la existencia de otros factores
distintos no identificados en investigaciones anteriores.
Población y selección de la muestra
La población en estudio se corresponde con los estudiantes (grado, de máster y de
doctorado) y el personal docente e investigador (PDI) de la Universidad de Salamanca.
La muestra (n=25) se constituye mediante muestreo aleatorio simple y se distribuye
entre las diversas áreas como se indica en la tabla 1.
Tabla 1Distribución de la muestra
Artes y Humanidades
Ciencias
Ciencias de la Salud
Ciencias Sociales y Jurídicas
Ingeniería y Arquitectura
Estudiante de Grado
4%
4%
4%
8%
4%
Estudiante de Máster
4%
4%
Estudiante de Doctorado
8%
4%
4%
4%
Profesor Asociado
4%
4%
Profesor Ayudante Doctor
4%
Profesor Contratado Doctor
8%
4%
4%
Profesor Titular Universidad
4%
4%
Profesor Catedrático Universidad
4%
4%
4%
El instrumento utilizado para la recogida de datos, la entrevista semiestructurada,
relaciona una serie de preguntas abiertas, formuladas desde el punto de vista de la
neutralidad a fin de evitar ideas preconcebidas o sesgos en el posicionamiento del
entrevistado. Estas preguntas están dirigidas a la obtención de información relevante
de acuerdo con el objetivo del estudio; esto es, averiguar la existencia de categorías
descriptivas relativas a los factores de desapego identificados por los lectores.
Análisis
Esta investigación se desarrolla a través de un análisis cualitativo mediante la utilización
de instrumentos y técnicas punteras para el análisis textual y del discurso con el
fin de identificar y codificar los aspectos particulares relacionados con el contexto
de la investigación.
El análisis cualitativo se desarrolla a través del protocolo de Miles y Huberman,
propuesto en , que diferencia cuatro etapas (figura 1):
- Recogida de datos: para desarrollar el análisis de datos se ha recurrido a técnicas
informáticas para el tratamiento de la información, y, por lo tanto, se han subido
las transcripciones de las entrevistas al software Atlas.ti, que permite dividir los
datos recopilados en unidades de significado.
- Reducción de la información: en esta fase se seleccionan, focalizan y abstraen los
datos brutos en unidades de significado que se denominan categorías de contenido,
de acuerdo con unos criterios temáticos determinados. Esta etapa incluye la categorización
y codificación del contenido del discurso.
- Exposición organizada de los datos: los resultados del análisis se exponen gráficamente
por medio de gráficos y/o matrices (tablas) con el fin de visualizar y memorizar los
vínculos entre los datos para la posterior interpretación.
- Extracción de conclusiones: A lo largo del proceso de reducción y exposición se
han identificado regularidades, patrones, explicaciones, generalizaciones, tipologías
y modelos que sintetizan la información analizada.
Figura 1Protocolo de análisis de datos (Miles y Huberman, 1984)
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En el presente apartado se examinan los perfiles de los entrevistados de acuerdo con
el planteamiento general de las entrevistas, así como su percepción hacia la lectura
digital y el soporte de lectura elegido en función de la práctica lectora.
Nivel auto percibido en relación con las competencias digitales
Los factores de evaluación considerados para conformar el perfil del entrevistado
valoran, en primer lugar, su nivel de conocimiento sobre la lectura digital. En segundo
lugar, se considera la actitud con la que el participante contesta a las preguntas
y opina sobre ella mostrando mayor o menor familiaridad y fluidez para abordar el
tema de estudio. Por último, se tiene en cuenta el uso de un vocabulario técnico como
indicador de competencia y dominio de la materia. A partir de estas consideraciones,
se desarrollan cinco niveles de evaluación, desde en nivel 0 o “No calificado” hasta
el nivel 4 o “Experto”. A cada nivel corresponde un perfil determinado de lector y/o
usuario en relación con la práctica de lectura digital (tabla 2).
Tabla 2Niveles de evaluación entrevistados
Nivel 0: No calificado
Nivel 1: Principiante
Nivel 2: Intermedio
Nivel 3: Avanzado
Nivel 4: Experto
1. No tiene conocimientos sobre el tema
1. Entiende las nociones que se mencionan
1. Tiene conocimientos básicos sobre el tema
1. Conoce y aplica los conocimientos en su hogar
1. Muestra plena familiaridad y manejo del tema
2. No contesta a las preguntas
2. Necesita ejemplos para responder a las preguntas
2. Se limita a contestar a las preguntas
2. Contesta a las preguntas de manera fluente
2. Contesta a las preguntas y profundiza cuestiones
3. No opina y argumenta
3. Encuentra dificultades en opinar y argumentar
3. Sigue el hilo de la conversación
3. Proporciona ejemplos y opina sobre ello
3. Piensa críticamente y hace referencia a estudios
4. Utiliza un vocabulario escaso: sí, no, gestos etc.
4. No utiliza un vocabulario técnico adecuado
4. Utiliza un vocabulario técnico básico
4. Utiliza un vocabulario técnico avanzado
4. Utiliza un vocabulario técnico experto
En la tabla 3 se observan los niveles de evaluación de toda la muestra entrevistada, compuesta
por los estudiantes de grado, máster, doctorado y el PDI. En primer lugar, se detecta
una mayor representación de lectores en el nivel Intermedio y Avanzado, igual a 42%
y 27% respectivamente. Por otro lado, el 19% de los entrevistados asume un perfil
de Principiante, mientras que el nivel Experto corresponde solo a 12% de la muestra
total.
Tabla 3Porcentaje del nivel de evaluación del muestreo
Nivel 0: No calificado
Nivel 1: Principiante
Nivel 2: Intermedio
Nivel 3: Avanzado
Nivel 4: Experto
0%
19%
27%
42%
12%
La tabla 4 indica con más detalle a qué ramas académicas corresponde cada nivel de evaluación.
Por lo tanto, el PDI coincide principalmente en el nivel Avanzado, y el 12% como Experto,
mientras que la mayoría de los estudiantes de grado, máster y doctorado muestran un
perfil de lector digital Principiante e Intermedio.
Tabla 4Perfiles de los entrevistados por rama académica
PDI
Doctorado
Máster
Grado
Nivel 4. Experto 23% Nivel 3. Avanzado 77%
Nivel 2. Intermedio 100%
Nivel 2. Intermedio 50% Nivel 1. Principiante 50%
Nivel 3. Avanzado 17% Nivel 2. Intermedio 16% Nivel 1. Principiante 67%
Percepciones y condicionantes de la lectura en ámbito digital
La tabla 5 recopila las respuestas con respecto a la percepción personal en torno a la lectura
digital. Aproximadamente el 56% de la muestra manifiesta una percepción positiva,
mientras que solo el 4% afirma una percepción negativa. Por último, una parte significativa
de los participantes (40%), tiene una postura no definida.
Tabla 5Percepción lectura digital
Percepción positiva
Percepción negativa
Percepción no definida
56%
4%
40%
Factores percibidos positivamente en relación con la lectura digital
El 56% de los entrevistados afirma tener una predisposición positiva hacia la lectura
digital por las características propias de este entorno y por las funcionalidades
que los dispositivos electrónicos proporcionan al lector: accesibilidad a la información,
portabilidad de los soportes, búsqueda de información, lectura selectiva, etc.
Asimismo, los participantes coinciden en que la lectura digital ha democratizado el
saber gracias a la penetrabilidad y accesibilidad de los recursos en la web, considerada
una forma alternativa de abordar la información a diferencia del proceso tradicional
de consulta analógica.
Sin embargo, esta inclinación positiva encuentra una primera variable de tendencia
cuando se hace referencia a la lectura como actividad de ocio, contexto en el que
se prefiere el formato impreso por razones relacionadas con los aspectos estéticos
del libro en papel, y los elementos artístico-sensoriales o emocionales que fomentan
una experiencia lectora más inmersiva que en el ámbito digital. Asimismo, la lectura
analógica es apreciada por los entrevistados por razones generacionales y de costumbre.
Factores percibidos negativamente en relación con la lectura digital
El 4% manifiesta una percepción negativa hacia la lectura digital, apuntando desventajas
frente al formato impreso en relación con la tangibilidad y fisonomía del libro como
objeto y sus implicaciones mecánicas: posibilidad de poder manipular e intervenir
manualmente en el texto, así como las repercusiones emocionales que la lectura en
papel proporciona al lector. Además, se apunta a que la lectura en pantalla transmite
incomodidad a nivel fisiológico, provocando especialmente cansancio ocular, considerado
un factor crucial para la elección de formato en prácticas lectoras intensivas.
Por otro lado, un 40% de la muestra argumenta cuestiones poco claras en cuanto a su
percepción sobre la lectura digital, evidenciando una inclinación general por el papel,
sin excluir a priori el uso del digital. La vacilación en su percepción depende de algunas variables contextuales,
ocasionales y de emplazamiento. De modo que se opta por un formato u otro en función
de los objetivos de lectura, hecho que puede requerir determinados enfoques y planteamientos.
En línea general, el papel resulta favorecido por cuestiones relacionadas con el componente
estético del libro impreso, es decir, por su sensorialidad, los apegos personales
y los elementos artísticos. Por otro lado, la inclinación de los entrevistados hacia
el formato digital se matiza por exigencias laborales. Asimismo, se considera el lugar
donde se realiza la lectura en relación con la comodidad del dispositivo digital frente
al papel o viceversa. A pesar de la inclinación general por la lectura impresa, los
entrevistados reconocen las funcionalidades de la textualidad digital, que hacen de
la lectura una práctica extensa, en cuanto a que la consulta de información trasciende
el texto original por medio de hipervínculos y opciones de búsqueda. Sin embargo,
la accesibilidad y asequibilidad de lo digital puede representar un motivo de sobreinformación,
por lo que se percibe como necesario poseer competencias de control y selección de
la información en el proceso de consulta en línea para evitar la distracción por sobreinformación.
Percepción del soporte de lectura en función de la práctica lectora
A lo largo de la fase de entrevistas, se ha preguntado a los participantes si existen
contextos, objetivos o situaciones específicas en las que creen que es más útil que
la lectura se realice por medio de un soporte impreso o digital. En la tabla 6 se destacan dos macro-áreas de estudio que conciernen al empleo de la lectura analógica
y digital en contextos de lectura académica y de ocio. El 40% de los entrevistados
optan por el soporte impreso para el desarrollo de sus lecturas académicas, en contraste
con un 60% que apuesta por la lectura digital. Por otro lado, el 60% de los lectores
académicos prefieren leer en formato impreso sus lecturas de ocio, frente a un 40%
que apuesta por su desarrollo a través del soporte digital.
Tabla 6Práctica lectora vs. soporte de lectura
Formato impreso
Formato Digital
Lectura académica
40%
60%
Lectura de ocio
60%
40%
Área: Lectura académica
El 40% de los participantes afirma realizar la lectura académica por medio del soporte
impreso. Entre las motivaciones argumentadas por estos lectores se mencionan recurrentemente;
las habilidades cognitivas de concentración (8%), la comprensión (8%) y la retención
(17%) del contenido del texto, así como el nivel de intervención y manipulación del
texto (58%), o la calidad de la visualización de la página impresa frente a la digital
(8%). En particular, se destaca una mayor ocurrencia del factor de intervención y
manipulación del texto, por lo que los lectores afirman preferir el soporte impreso
en la práctica de estudio-trabajo para poder subrayar y anotar manualmente. Además,
los entrevistados afirman que la manipulación manual del texto incrementa su capacidad
lectora desde el punto de vista cognitivo. Asimismo, la visualización del texto en
formato impreso proporciona una mejor calidad de las imágenes que en pantalla y, además,
aumenta el nivel de concentración del lector en la lectura.
El resto de la muestra (60%), prefiere desarrollar sus lecturas académicas en formato
digital. Esta inclinación se ve favorecida por los factores relativos a la naturaleza
del texto digital: navegación para la consulta de información (44%); hipertextualidad
(11%); multilinealidad (11%) o multitasking (33%). Por lo tanto, se puede afirmar que los factores aludidos son recíprocamente
interdependientes y se encuentran estrechamente vinculados. Aunque han sido mencionados
independientemente, el factor de navegación los incluye de forma íntegra, de modo
que resulta ser el más recurrente en las citas de los entrevistados. Por último, es
importante destacar que la preferencia declarada por los entrevistados sobre el uso
del soporte electrónico en la práctica lectora destinada al estudio del texto se encuentra
condicionada por el contexto académico al que pertenecen. Es decir, el entorno digital
continúa en proceso de expansión tanto en el ámbito educativo como en el laboral,
con objeto de fomentar actividades académicas de consulta y de ejecución de tareas
compartidas.
Área: Lectura recreativa o de ocio
El 60% de los entrevistados prefiere leer a través de un soporte impreso sus lecturas
recreativas o lecturas de ocio. Entre las motivaciones aducidas, algunos lectores
apuestan por la lectura en papel por cuestiones fisiológicas como el cansancio ocular
(25%). Asimismo, destaca el factor emocional (25%) como elemento significativo en
la conexión entre el lector y el libro impreso, que no es reemplazable ni reproducible
en el entorno digital. Además, algunos lectores asocian a la lectura impresa, en términos
de extensión del texto, al tiempo que le van a dedicar (25%), controlando con mayor
precisión la duración de su lectura, debido precisamente a la tangibilidad que ofrece
el libro impreso en contraposición con el libro en formato digital, tanto por su virtualidad
como por la inmaterialidad de su morfología. Otros participantes apuestan por la lectura
en papel a fin de desconectar del entorno digital (25%) que invade su vida laboral
y cotidiana. Finalmente, se opta por la lectura impresa en función del lugar donde
se vaya a desarrollar esta actividad, siendo en la mayoría de las ocasiones la comodidad
del hogar, el emplazamiento ideal para disfrutar de un libro impreso.
Por otro lado, el 40% de la muestra se inclina por el digital para la lectura de ocio,
y por la automatización del soporte digital (20%), es decir, por la posibilidad de
regular la luminosidad de la pantalla en función de las condiciones ambientales y,
sobre todo, por la función de desconexión automática del dispositivo electrónico de
lectura, siendo esta muy apreciada por los usuarios. Con más ocurrencia, se menciona
la portabilidad de los dispositivos digitales (60%) como un factor de apreciación,
que permite al lector desplazarse sin preocuparse por la cantidad de libros que quiere
llevarse consigo.
Prácticas y coyunturas contextuales
Un aspecto significativo observado durante las entrevistas es la percepción transmitida
por los participantes respecto al uso y a la selección de la lectura analógica y digital
en función de las diferentes ocasiones y circunstancias lectoras, así como de las
características que se le asocian.
En torno a esto, la lectura analógica es considerada una actividad lineal, adecuada
para procesar y profundizar la información de textos poderosos que requieren del lector
un determinado nivel de concentración y tiempo. En este caso, se puede deducir que
la lectura analógica está relacionada con el aumento de las capacidades cognitivas
del lector, es decir, la lectura en papel conlleva mejoras en los niveles de concentración,
comprensión y retención del texto, y, por lo tanto, su uso está vinculado con el análisis
de ciertos textos que demandan lecturas más específicas.
Por otro lado, la lectura digital se diferencia y caracteriza por su transversalidad,
ya que el proceso de lectura en el entorno digital se desarrolla en gran medida en
“diagonal” con la intención de buscar información clave, permitiendo una lectura rápida
y más superficial.
Dispositivos de lectura digital
En este sentido se ha preguntado a los participantes cuál es su dispositivo electrónico
de lectura favorito. La tabla 7 recoge los resultados de los cuales se desprenden que la mayoría de la muestra opta
por el ordenador como dispositivo de lectura digital, seguido por el uso del móvil,
los e-readers y el iPad, y, por último, la tableta.
El 41% de la muestra prefiere el ordenador especialmente por el tamaño pantalla que
proporciona una mejor visualización del texto, disminuyendo el esfuerzo visual del
usuario. Asimismo, se valora este mismo dispositivo debido a la posibilidad de realizar
multitasking. Por otro lado, el 19% de los entrevistados apuestan por el móvil como dispositivo
de lectura porque es práctico y lo tienen siempre a mano. La categoría de los e-reader, como Kindle o Kobo, son apreciados por el 19% de la muestra. El empleo de estos
dispositivos como herramientas de lectura se justifica por su portabilidad y por la
ausencia de retroiluminación de las pantallas, reduciendo la fatiga visual. Por último,
el iPad y la tableta son los dispositivos de lectura elegidos por el 15% y el 6% respectivamente,
especialmente por su semejanza al soporte impreso y porque son más manejables que
un ordenador y más funcionales que un e-reader.
Tabla 7Dispositivos de lectura digital
Ordenador
Móvil
e-Reader (Kindle; Kobo)
iPad
Tableta
41%
19%
19%
15%
6%
Estructura ontológica y categorización de factores
De acuerdo con el título del presente estudio, se pretende proponer una ontología
sobre los factores de desapego a la lectura digital en el contexto académico. Por
tanto, se han definido categorías fundamentales relativas a fenómenos observados en
la postura adoptada por los lectores respecto a la lectura digital. A partir del estudio
de sus características, se incluyen los factores observados y mencionados por los
entrevistados, así como las relaciones básicas que se establecen entre ellos. Teniendo
en cuenta estas cuestiones, en la figura 2 se indican las categorías y los códigos relacionados surgidos del análisis cualitativo,
señalando -dónde ha ocurrido- el nivel de relación que se establece entre los factores
destacados, eligiendo entre las opciones proporcionadas por el programa de análisis
textual Atlas.ti: is a; is property of, noname; is associated with; is part of, contradicts y is cause of.
Figura 2Categorización de factores
Categorización: Identificación de categorías y códigos anexos
Se han identificado un total de 45 códigos que definen los factores de desapego a
la lectura digital adscritos a 7 categorías esenciales (figura 2).
A continuación, se describen los principales criterios temáticos que caracterizan
las categorías, a las que se adhieren los códigos o factores de desapego hacia la
lectura digital surgidos del análisis cualitativo.
La categoría Estética incluye todos los factores relacionados con el dominio de lo
sensible y de los condicionantes idiosincráticos de la percepción lectora. La ausencia
de materialidad del texto digital frente a las formas de iteración háptica entre el
lector y el libro impreso -como objeto físico- son elementos determinantes para los
factores adscritos a esta categoría (). La inmaterialidad del texto electrónico y la intangibilidad ontológica hacen que
la experiencia fenomenológica de la lectura en el entorno digital resulte sustancialmente
diferente a la lectura impresa desde el punto de vista experiencial (). La categoría Estética está constituida por los siguientes códigos: Sensorial, Emocional,
Biografía Personal, Artístico, Coleccionismo e Imaginario colectivo.
Bajo la categoría Fisiológico-Psicológica se reúnen todos aquellos aspectos que comprometen
el bienestar del lector debidos a las repercusiones físicas y psíquicas de la lectura
en pantalla, por lo que se instaura una actitud de desapego con el dispositivo de
lectura que se explica en términos de “disonancia háptica” (), es decir, la desigualdad que se advierte entre las dos prácticas y soportes de
lectura. En esta categoría se incluyen los siguientes códigos: Cansancio ocular, Cansancio
mental y Temor.
La categoría Cognitiva incluye los factores que comprometen los procesos de asimilación
y memorización del contenido del texto digital, así como la capacidad de mantener
una lectura sostenida y concentrada durante toda la práctica lectora. Esta categoría
incluye los siguientes códigos: Comprensión, Retención y Concentración.
La categoría Pragmática reúne los aspectos relacionados con el nivel de funcionalidad
de los soportes de lectura implementados en las prácticas lectoras (). Se incluyen, por ejemplo, los problemas de operatividad del dispositivo que pueden
comprometer algunas actividades interactivas consideradas básicas o esenciales para
garantizar al lector una experiencia lectora agradable y satisfactoria. Los códigos
identificados en esta categoría son: Ergonómica, Permeabilidad, Alfabetización digital,
Alfabetización al salir de la “zona de confort”, Usabilidad, Intervención y manipulación
del texto y Localización y organización.
Bajo la categoría Accesibilidad se incluyen todos aquellos factores que dificultan
el acceso a la lectura digital y que predeterminan el nivel de operatividad y prestaciones
del entorno digital enfrente al papel por cuestiones relacionadas con los siguientes
códigos identificados: Dispositivos y herramientas auxiliares, Visualización, Interoperabilidad,
Volatilidad, Falta de estandarización, Dependencia externa, Conexión a internet, Batería,
Fragilidad, Préstamo y Precio.
La categoría Naturaleza del texto digital remite a las características peculiares
del texto digital por las que el usuario percibe incomodidad durante la lectura al
emplear y familiarizarse con el texto en el intento de alcanzar los objetivos de lectura
y ejercer distintas tareas. Los códigos incluidos son los siguientes: Navegación,
Hipertextualidad, Multimedialidad, Multitasking, Sobreinformación, Desinformación,
Extensión del texto y Extensión del texto vs. tiempo.
Finalmente, la categoría Factores Socioculturales concierne a aquellos factores y
estímulos externos que influencian al lector a la hora de elegir el soporte de lectura
entre el impreso y lo digital. Los códigos identificados son los siguientes: Medioambiente,
Imitación por gregarismo, Desconexión del entorno digital, Covid-19, Predisposición
a la lectura y Predisposición a la tecnología.
Con respecto a las cuestiones mencionadas previamente, la figura 3 indica el nivel máximo de coocurrencia que se establece entre las categorías, lo
que permite inferir que los factores incluidos en cada categoría interfieren e interactúan
entre ellos a pesar de su pertenencia a grupos diferentes por sus propiedades semánticas.
Figura 3Coocurrencia de las categorías
Análisis de frecuencia y prevalencia de factores
La tabla 8 indica en orden decreciente el nivel de ocurrencia de los códigos mencionados por
losentrevistados como motivos de desapego a la lectura por medio de dispositivos digitales.Seguidamente,
se ha estimado una media en función de dicha ocurrencia con el fin de destacar losfactores
más señalados para considerarlos como representativos de un determinadocomportamiento.
Tabla 8Media ocurrencia de códigos
Códigos
Ocurrencia
%
Sensorial
44
8.7%
Retención
38
7.5%
Intervención y manipulación de textos
35
6.9%
Concentración
31
6.1%
Coleccionismo
25
4.9%
Emocional
25
4.9%
Cansancio ocular
23
4.6%
Interoperabilidad
21
4.2%
Visualización
18
3.6%
Artístico
16
3.2%
Comprensión
16
3.2%
Permeabilidad
16
3.2%
Alfabetización
14
2.8%
Usabilidad
14
2.8%
Multitasking
14
2.8%
Falta de estandarización
11
2.2%
Préstamo
11
2.2%
Localización y organización
9
1.8%
Dispositivos y herramientas anexas
9
1.8%
Imitación por gregarismo
9
1.8%
Biografía personal
8
1.6%
Desconexión del entorno digital
8
1.6%
Dependencias externas del dispositivo
7
1.4%
Extensión vs. tiempo
7
1.4%
Extensión del texto
6
1.2%
Covid-19
6
1.2%
Imaginario colectivo
5
0.9%
Temor
5
0.9%
Alfabetización al salir de la zona de confort
5
0.9%
Ergonómica
5
0.9%
Precio
5
0.9%
Predisposición a la lectura
5
0.9%
Medioambiente
5
0.9%
Fragilidad
4
0.8%
Hipertextualidad
4
0.8%
Predisposición a la tecnología
4
0.8%
Multilinealidad
3
0.6%
Desinformación
3
0.6%
Cansancio mental
2
0.4%
Conexión a Internet
2
0.4%
Batería
2
0.4%
Volatilidad
2
0.4%
Sobreinformación
1
0.2%
Navegación
1
0.2%
Multimedia
1
0.2%
Media
11.22222222
2.2%
[i] El recuadro en rojo recoge los códigos con una representación por encima de la media
A continuación, se describen los principales criterios temáticos que caracterizan
los códigos -o factores de desapego hacia la lectura digital- más repetidos del análisis
cualitativo según la media estimada.
El código Sensorial (8.7%) remite a los factores relacionados con la materialidad
del texto y la tangibilidad en la interacción háptica entre el lector y el soporte.
La ausencia de estos componentes en la lectura digital, debido a la virtualidad del
texto electrónico, provocan una menor inmersión y conexión del lector en el contenido
del texto.
El código Retención (7.5%) se refiere a la habilidad del lector de poder recordar
el contenido de un texto. Este proceso resulta fatigoso en el entorno digital debido
a que la lectura se caracteriza por un espacio multidimensional crucial a nivel cognitivo
para el lector (). A este respecto, los entrevistados afirman retener la información mejor en papel
que en digital, por su naturaleza física y tangible. Así, el proceso de anotación
manual en el soporte impreso incrementa el nivel de enfoque y de asimilación del contenido
de un texto.
El código Intervención y manipulación del texto (6.9%) se refiere al nivel de operatividad
y manejabilidad en el entorno digital de los procesos de anotación y marcación del
texto, así como a la navegación entre capítulos, la consulta y el acceso al índice,
entre otras. Los datos muestran cómo los dispositivos digitales ocasionan una percepción
de menor operatividad y manejabilidad del libro electrónico frente al libro físico,
con el resultado final de una experiencia lectora menos agradable y satisfactoria
a nivel cognitivo.
El código Concentración (6.1%) remite a la actitud que asume el lector durante la
práctica de lectura que puede ser más o menos sostenida y constante con respecto a
la influencia de factores externos de distracción. Así, el entorno digital dificulta
la concentración frente a la lectura impresa en la cual el lector puede mantener un
nivel de concentración más constante y profundo. Por el contrario, factores como el
multitasking, como leer correos electrónicos, chatear en línea, consultar varias páginas web a
la vez, entre otras, disminuyen especialmente el nivel de concentración del lector.
El código Coleccionismo (4.9%) apela a la actividad de almacenamiento y exposición
semi-pública de libros por los lectores por motivos estéticos y emocionales vinculados
al soporte impreso. En particular, de acuerdo con los entrevistados, la costumbre
de coleccionar libros está supeditada a su materialidad, y, por ello, una colección
digital no puede competir por su naturaleza inmaterial. Por lo tanto, la costumbre
de almacenar libros impresos en la propia estantería es consecuencia del apego emocional
y del valor sentimental que la lectura de una determinada obra aporta al lector, y
de la cual no quiere separarse “físicamente”.
El código Emocional (4.9%) remite a los beneficios hedónico-emocionales que el libro
en papel proporciona al lector por motivos de apego personal (). Los factores emocionales se pierden principalmente por la virtualidad del texto
en el entorno digital, que, en consecuencia, se percibe como objeto no concreto, separado
físicamente del lector e imposible de poseer. En este sentido, se puede inferir que
el valor sentimental del libro depende especialmente de la esfera sensorial que lo
caracteriza como objeto físico, por lo que, las otras formas de textualidad no tangible
no son asequibles al lector desde el punto de vista emotivo y afectivo.
El código Cansancio ocular (4.6%) se refiere a la incomodidad lectora en el entorno
digital debida a la luminosidad y definición de la pantalla. Esta cuestión es largamente
discutida y argumentada por los usuarios cuando se hace referencia a los factores
que predeterminan las preferencias lectoras entre el soporte impreso y digital. Por
lo tanto, el cansancio ocular que los lectores manifiestan es consecuencia del uso
de los soportes electrónicos, y tiene una consideración decisiva de cara a la selección
del propio soporte de lectura.
El código Interoperabilidad (4.2%) remite a la capacidad de los sistemas electrónicos
y programas informáticos de compartir datos y posibilitar el intercambio de información
entre ellos. Sin embargo, los usuarios encuentran problemas de descarga o de acceso
a textos protegidos por Digital Rights Management (DRM), así como por otro tipo de limitaciones establecidas por las plataformas o
empresas, incumpliendo por tanto el principio de interoperabilidad.
El código Visualización (3.6%) se refiere a la calidad de reproducción del texto a
través de la pantalla que puede determinar varios niveles de legibilidad y sus efectos
implicados en el proceso de lectura. Acerca de esto, los entrevistados encuentran
problemas a nivel de visualización del texto digital, por ejemplo, cuando regulan
el tamaño de las letras a través de la función de zoom para mejorar su legibilidad, que modifica a su vez la visión del texto, impidiéndoles
la visualización completa de la página.
El código Artístico (3.2%) hace referencia a los aspectos estéticos del libro que
atraen y estimulan el interés del lector, por ejemplo, la cubierta, el título en relieve,
el diseño y las ilustraciones en el texto, entre otras, que tienen una pérdida significativa
de poder de atracción, en el ámbito visual, en la traslación del medio impreso al
digital ().
El código Comprensión (3.2%) se refiere a las habilidades cognitivas del lector respecto
a la asimilación y al aprendizaje del texto. Las tareas implicadas en la lectura,
en cuanto al proceso de comprensión e interpretación, así como la manipulación del
texto, están lógicamente vinculadas. Por lo tanto, para establecer adecuadas estrategias
de lectura digital, es necesario en primer lugar encontrar la manera de facilitar
el proceso de manipulación y de asequibilidad a los dispositivos electrónicos para
alcanzar las habilidades de comprensión e interpretación en este entorno (). En este sentido, la comprensión del texto, su memorización y retención pueden ser
inhibidos por la falta de señales sensoriomotoras que están ausentes en el proceso
de lectura digital (; ). En relación con este aspecto, los entrevistados manifiestan una predilección por
la lectura impresa según sus habilidades de comprensión.
El código Permeabilidad (3.2%) hace referencia a la imposibilidad de que el dispositivo
digital no se deje “penetrar” a nivel sensorio-emocional por el lector, el cual percibe
diferentes “grados de distanciamiento” hacia el texto debidos a las funciones y prestaciones
del soporte de lectura (). En este sentido, los dispositivos digitales de lectura que no crean ningún tipo
de vinculación directa entre el lector y el texto, sino más bien representan barreras
impenetrables en comparación con la lectura de un texto impreso que involucra manual
y emotivamente al lector en el desarrollo de la práctica lectora.
El código Alfabetización (2.8%) hace referencia al nivel de capacidades y los conocimientos
adquiridos por los usuarios para interactuar con los dispositivos electrónicos y sus
funcionalidades. En este sentido, los entrevistados consideran necesario tener un
cierto nivel de alfabetización digital para poder interactuar con los dispositivos
electrónicos y aprovechar estos conocimientos para hacer un uso más adecuado y eficaz
con el fin de alcanzar sus objetivos de lectura. Sin embargo, parte de la muestra
afirma no haber adquirido estos conocimientos en contextos formativos, sino por su
propia experimentación e iniciativa, por lo que reconocen que sus carencias en este
campo son representativas del motivo por el que sienten una menor inclinación por
el formato digital para su práctica lectora.
El código Usabilidad (2.8%) alude a la habilidad del usuario para interactuar con
el dispositivo a fin de alcanzar sus objetivos de lectura. En este apartado, los entrevistados
convienen en que el entorno digital aún no es tan asequible en términos de intervención
y manipulación del texto y además, en la localización y organización de las lecturas
en el entorno digital/virtual en comparación con la colocación física de libros en
estanterías.
El código Multitasking (2.8%) apunta a la posibilidad de realizar multitareas simultáneas,
generalmente a través de dispositivos digitales. De acuerdo con los datos, la posibilidad
de realizar multitareas mediante los soportes digitales inhibe el nivel de concentración
durante la lectura.
El código Falta de estandarización (2.2%) remite a la diversidad de los formatos de
archivos en lo que se refiere a los sistemas de visualización y acceso al texto digital.
En este sentido, los textos digitales dependen de las máquinas y de los sistemas informáticos
que se encuentran en continuo desarrollo y, en consecuencia, implican un constante
nivel de aprendizaje y de actualización de las competencias necesarias por los usuarios
para manejarlos adecuadamente ().
Por último, el código Préstamo (2.2%) hace referencia al sistema de préstamo de libros
digitales, así como a su funcionamiento y al nivel de acceso por el lector. En este
ámbito, el proceso resulta lento, complejo y farragoso debido a los términos y condiciones
establecidos para acceder al préstamo digital. Además, la disponibilidad de títulos
en formato digital resulta escasa y el periodo de préstamo breve o insuficiente. Por
estos motivos, algunos entrevistados afirman inclinarse por la exploración de otras
bibliotecas presentes en la red que cuentan con fondos adquiridos de forma ilegal,
donde localizan una mayor cantidad de materiales, aunque sean de menor calidad.
Análisis de coocurrencia de códigos
En el análisis de coocurrencia de códigos (figura 4), el código Retención-Sensorial, perteneciente a la categoría Cognitiva y la categoría
Estética, representa la coocurrencia con mayor nivel de frecuencia destacada en el
análisis cualitativo de las entrevistas, con un valor de 5.9%. Así, estos dos factores
son los más mencionados por los entrevistados, y sus menciones han ocurrido en las
mismas citas (13 citas que equivalen al 5.9% de la coocurrencia total de códigos).
De manera objetiva, los participantes han señalado una retención más deficiente de
la información en el entorno digital provocada por la carencia de los aspectos sensoriales
en los textos electrónicos.
Figura 4Análisis de coocurrencias de códigos.
Conclusiones
Los factores de desapego hacia la lectura digital identificados, y el análisis cualitativo
de su significación e implicaciones, permiten establecer una estructura de categorías
y subcategorías que interrelacionan y ponen en contexto las múltiples cuestiones y
coyunturas que explican el desapego hacia la experiencia lectora mediante dispositivos
digitales, y la resistencia y revalorización de los medios tradicionales impresos
en un contexto como el actual marcado por la digitalización exponencial de las sociedades.
Los datos aportados revelan y confirman ciertas tendencias y percepciones recogidas
con anterioridad en la literatura científica y sienta las bases para la conformación
de perfiles de lectores digitales mediante la aplicación de métodos basados en el
análisis multivariante. Asimismo, puede concluirse que el debate entre la lectura
analógica y digital se ha trasladado al plano de ciertos contextos coyunturales, que
privilegian cada una de estas prácticas en función de las características más valoradas
de los soportes impreso o digital. A nivel particular cabe destacar la sobrerrepresentación
de aquellos individuos que rechazan lo digital por diversos motivos en el plano de
lo sensorial, con fuertes implicaciones en los mecanismos cognitivos relacionados
con la lectura, y su participación directa en el ámbito de lo emocional. Desde esta
perspectiva, la mayoría de los participantes han apuntado directamente a una retención
y comprensión más deficiente de la información en el entorno digital provocada por
la minusvaloración de los estímulos sensoriales en los textos electrónicos.
Por último, cabe destacar el impacto que tienen los ecosistemas digitales, y por ende
la práctica de la lectura digital, en el ámbito educativo pues promueven de manera
insoslayable nuevas formas de pensamiento, como consecuencia de las nuevas culturas
epistémicas que la transformación digital de la sociedad del conocimiento ha provocado
(). En este marco, conocer los factores de desapego de la lectura digital es un activo
inestimable en el ámbito de la innovación docente en la educación superior pues como
afirma para entender qué función debe desempeñar la lectura digital en el entorno educativo
es preciso también tener en cuenta las particularidades de esta práctica y los mejores
modos de llevarla a cabo. Por lo tanto, resulta imprescindible la adopción de medidas
por parte de las instituciones educativas en la línea del impulso de la lectura y
la comprensión lectora adaptadas a las necesidades que se desprenden de los hábitos
de lectura en el ámbito digital, así como adaptar y reformular la oferta de los recursos
digitales y repositorios institucionales para que estén adaptados semánticamente y
faciliten los procesos de enseñanza-aprendizaje en el contexto de la educación superior.
Contribución de los autores
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